Nos encontramos ante las antiguas bodegas de la Villa de Ines. Un elemento esencial de la localidad y de su vino.
Enclavadas en los parajes de Peñacín y Valdemuñoz, este conjunto de excavaciones subterráneas, que estoicamente aguanta el paso de los años, ha servido desde sus inicios como lugar de guarda y cría del vino elaborado en la villa.
Como ya hemos aprendido por nuestro paso por el lagar y los viñedos, una vez que el mosto fermentado había terminado su trasiego se movía del lagar hasta estas bodegas subterráneas donde sería almacenado durante un tiempo hasta convertirse en el vino deseado.
Característias de las Bodegas
Características de las Bodegas
Las bodegas, que están pegadas unas a otras y siempre mirando al norte, llegan a alcanzar una profundidad de 8, 9 o hasta 10 metros bajo tierra, lo que permite reunir unas condiciones idóneas para almacenar el vino como son:
- Temperatura ambiente de entre 8º y 15ºC, siendo el punto ideal para la conservación del vino los 10ºC.
- Lugar oscuro que protege de la luz a los caldos en reposo, ya que su exposición a los rayos del astro rey puede dañarlos.
- La humedad que se crea en el ambiente, tan favorecedora para la buena conservación del corcho y los matices de esta bebida.
- La ventilazción,de suma importancia en las bodega ya que ayuda a que los olores propios del vino se conserven y no se vean alterados por el moho, de ahí que las puertas de acceso a la bodegas cuenten en su parte superior con unos agujeros o rendijas de ventilación.
Las bodegas, además de utilizarse para guardar y mantener fresco el vino, servían como lugar de reunión, cata y celebraciones para los vecinos. Esa esencia se ha mantenido y en la actualidad, aunque escasas, aún podemos encontrar activas bodegas en la villa, como almacén y lugar de reunión.